CONTRERAS CAMARENA, JUAN MIGUEL
¿Qué piensa un hombre que contempla la Tierra desde el espacio, donde va a morir sin regresar? Nunca podremos saberlo, sin embargo, la historia no se detiene, e Irina Belokoneva, hija de ese cosmonauta perdido entre la Luna y la Tierra, es parte de ella.
La muñeca rusa arranca con la entrada en 1968 de las fuerzas del Pacto de Varsovia en Praga. En un psiquiátrico de la ciudad, Irina asegura que han ido a por ella, para silenciarla definitivamente y no se conozca la historia de su padre. Su historia es contada muchos años después por Milos Meisner, celador del sanatorio en ese momento, a un librero en un pueblo perdido del Cabo de Gata donde vive exiliado. Las historias se unen, unas dentro de otras, quizá porque son una y la misma. La Primavera de Praga se mezcla con la carrera espacial rusa a causa de una lunática que dice ser hija de un cosmonauta desaparecido en una misión fracasada a la Luna. La nueva ola de cine checo vista desde los ojos de un escritor prohibido como un trampolín al exilio y la memoria. Marchantes de arte parisinos que cenan con libreros enfermos tímidamente ácratas. Fotografías de libros que brillan bajo la sombra de la nariz de Cyrano. La mirada de Yuri Gagarin, una Luna en una nave industrial de Toulouse, cartas de Bohumil Hrabal a un escultor exiliado en Almería... Un relato que intenta tejer los nudos necesarios para que, en el telar de la Gran Historia, no se pierdan los hilos de unos personajes condenados al olvido en una librería que orbita alrededor de la Luna.