GIJÓN GRANADOS, JUAN DE ÁVILA
Cuando Felipe V hereda el trono la situación de las Órdenes Militares españolas era de franca decadencia por lo que tuvo que modernizarlas al mismo ritmo que el resto de la monarquía. Su principal aportación será la vinculación de muchas encomiendas a los infantes segundones de la Casa Real. Los doscientos señoríos de las órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa se organizarán en dos nuevas tipologías. La primera de ellas estará al servicio de los Infantes bajo la denominación de "Reales Encomiendas" y la segunda completará los bolsillos de los militares y cortesanos al servicio de la monarquía con el nombre de "Encomiendas de Particulares". El reformismo de estas órdenes se plasmará también en la creación de la Orden de Carlos III que aglutinó diferentes proyectos para modernizarlas sosteniéndose su presupuesto en la Iglesia y las tradicionales Órdenes Militares españolas.
Desde Felipe V a Carlos IV se analiza la relación de la Casa de Borbón con las instituciones religioso-militares reflejando la vida de los Infantes y la élite cortesana del siglo XVIII, así como la situación de decadencia y reforma de la arquitectura religiosa, militar y civil en unos señoríos de las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa repartidos por toda España.